viernes, 30 de enero de 2009

Hace como 2 días me toco estar en una entrega de ganado y cada vez que presencio algo así, la verdad que me dan ganas de dejar de comer carne. Aparte de que ya tenia como 6 días en el rancho juntando a los becerros (lo cual es una chinga, y la verdad no soy fan de los caballos, y me caí enfrente de todos los trabajadores lo cual hizo que mi nivel de autoridad bajara un poco, y ya al final nada mas me hacia pendejo y les decía “allá va!” y hacia como que corría, pero no me metía para nada), marcándolos, vacunándolos, castrando, descornando, aplicando analgésicos y todas esas cosas que se deben de hacer y ya estaba hasta la chingada del olor a estiércol que se metía por mi nariz como si fueran 2 pinches tubos de una pulgada de radio, pues como que comencé a no apreciar mucho a los animales. Aun así, me puedo preciar de que dentro de lo que cabe, el trato que se les da es suficientemente humano, y no era ningún conflicto moral marcarlos (lo que no les duele tanto), castrarlos (que la neta estoy seguro que ni lo sienten, porque no hacen ningún movimiento o señal de que están sufriendo) y descornarlos (que ps eso si les duele un putero, pero es para que no se hagan daño entre ellos). Pero ya cuando entregamos el ganado, cuando legalmente ya no tenia ningún poder sobre el, fue cuando comencé a sentir algo de lo que se pudiera llamar culpa (o algo así). El trato que se les da en los embarcaderos esta bien culero, los mueven a punta de patadas en la cabeza, utilizan varas con clavos para hacer que se levanten, les cortan las orejas y las colocan es espacios de cómo dos metros cúbicos para meterles implantes y hormonas. Si termine algo asqueado de les deshumanización de estos procesos, que pues si, no serán humanos y no tendrán mucha conciencia, pero pues igual sienten. Aparte que las vacas son animales bien tranquilos y pacíficos, y dentro de los limites estéticos mas pueriles, son bastante agradables la vista.
Pero bueno, solo me dan ganas de dejar de comer carne, por que cuando llegue a mi casa solo encontré pastel de carne y se me olvido todo el asco y culpa que pude haber sentido. Y estoy casi seguro que si el grueso de la poblaciones diera cuenta de como tratan a las vacas, por lo menos un gran porcentaje de las mujeres y otro pequeño porcentaje de hombres maricas (no homosexuales, solo sensibles al dolor ajeno) dejarían de comer carne, mientras que yo comería carne de bebe si fuera legal (y seguramente también personas como Josias).